India y Duilio, un re-encuentro eclipsado


«Disculpen si les llamo caballeros, pero todavía no les conozco bien». – atribuída a Groucho Marx

El día que India durmió por primera vez en la casa de Duilio fue bastante particular.

No se puede decir que el hecho no se veía venir: palabras más, palabras menos, fue un encuentro premeditado.

India recién llegada de un año trabajando en el exterior, estaba cambiada en mente y espíritu respecto a la joven inocente que era cuando se había lanzado al mundo, tan solo un año atrás.

Ella, denotando cambios físicos considerables, también, debido a que la falta de la angustiosa Buenos Aires había repercutido peculiarmente en su cuerpo, logrando maravillas: abrillantando y alargando cabellera, adelgazando kilos y tonificando músculos.

Venían de no verse tanto y de histeriquear duro y parejo en forma epistolar durante todo el período de ausencia mutua. India hasta se había acostumbrado a no admirarlo tanto, porque es bien sabido que cuesta mucho más venerar a quienes no se ve con frecuencia.

Decía que el episodio fue planeado, entonces, porque desde que ella había dejado la financiera, igual encontraban excusas para seguir mantenido los lazos que los habían juntado. Durante el exilio, él le contaba de Buenos Aires y ella lo llenaba de datos y relatos acerca de sus andanzas varias.

El día que ella pisó el suelo de Ezeiza sabía dos cosas: a) que moría de ganas de ver a Duilio y b) que a esa hora, 24 hs más tarde, estaría cenando en su casa de Almagro.

No había posibilidad de postergar el reencuentro: un año había sido demasiado tiempo de juego previo.

Nosotras, que también hacíamos fila para reencontrarnos con India, tuvimos que conformarnos con asistir a la previa. Carla acompañó a India a la pelu. Yo la maquillé y Pampa le prestó ropa. Sofi la hubiese obligado a llevar sus AllStars de Frida si es que la hubiésemos conocido en esa época, pero, lamentablemente a Sofi y a su buena estrella no las conocimos hasta bien empezado el milenio.

Y parece que es así, nomás: dime con quien andas y te diré quien eres, las desafortunadas nos movemos en grupo.

A pesar de que India estaba maravillosamente linda esa noche, con su pelo negrísimo y lacio, su piel apenas dorada por el sol, con un vestido plisado y un regalo de freeshop pre devaluación, no logró que el destino se conjugara a su favor.

De hecho, el día D (por Duilio, obvio) quedaría en la memoria de todas nosotras como un nuevo y copioso triunfo de la #MalaSuerteSerial después del histórico llamado telefónico que me hizo India desde el taxi, a las nueve AM del día siguiente.

– «¿Vera?- intentó decir, creo. No le entendía por el llanto.

– «Indi, deduzco que no te fue bien. Seguro este hijo de perra no te tocó un pelo»

Noooo, Ve, dormimos juntos, me acabo de ir de su casa»

Sonreí para mis adentros, tan mala no podía haber sido la noche, entonces… ¿no?

Me equivocaba, pero tuve que esperar unos segundos para enterarme la razón.

-«¡Contame!, dije, tranquila, alentándola a que confesara, tratando de moderar mi propia curiosidad.

«… me recibió increíble, hablamos por horas, me mostró lo último que había escrito. Nos emborrachamos juntos y me fue hablando de lo inteligente que era y de lo linda que estaba hasta que, como en una película, todo empezó a pasar con un beso mágico y …»

-«¡Cara dura, eso es lo que sos! – interrumpí, – «¿por qué llorás, entonces?

-«… nos bañamos juntos y volvimos a su cama… dormimos abrazados y ….»

-«¡¡¡Finalemente!!!! ¡¡Qué bueno! – grité, como siempre, sacando conclusiones antes de tiempo.

India seguía relatando como si yo no importara.

Y hoy me despertó con el desayuno. Yo me sentía feliz como nunca antes en la vida. Hasta que me miró, me sonrió y me dijo una frase que no me vuelvo a olvidar en la vida…»

Por primera vez, entonces, el sentido común predominó y noté la gravedad de su tono. Esperé. Largándose a llorar, como si tuviera 3 años, retomó el relato:

-«… Duilio me miró y con una mueca burlona me dijo: – Bueno, India, no se puede decir que lo de ayer haya sido un choque de planetas, ¿no?… ¿Qué te parece si lo olvidamos todo?

Y supe así como mi amiga había caído estrepitosamente cien mil metros en caída libre.

Cómo, todavía sosteniendo la taza de café y vistiendo solo una camisa con sus iniciales, semidesnuda, de visitante en la casa de este energúmeno creído había sido atacada de una forma brutal.

Ya no quedan caballeros, señoras y señores.

29 comentarios

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29 Respuestas a “India y Duilio, un re-encuentro eclipsado

  1. El psicópata planifica la devolución post sexo incluso antes de tocar un ápice de India. Quizás desde que le escribió su primer mail. El orgasmo le llegó en ese momento? POdríamos decir que acabó justo en ese punto, esa mañana?

  2. ¡Hijoeputa!
    Le habría tirado el café en la cara, o en los huevos, una de dos.

  3. La

    de no creer!!!
    fuerza india te re apoyamos!

    (me compenetré, capaz que india ya ni se acuerda del tipo, pero igual le mando un abrazo)

    beso vera!

  4. Luciernaga

    terrible…. la verdad q esta historia de India me pone mal. Nunca me pasó conocer un tipo así … espero q no me suceda nunca.

  5. vengo leyendo toda esta triste historia y no lo puedo creer, son demasiadas cosas juntas. Sé que verlo desde afuera es más fácil que vivirlo desde adentro del campo, pero por otro lado me parece bien que la cuentes, asi aviva a muchas que pueden caer en la misma, estos tipos existen porque hay quienes los alimenta.

  6. Mari123

    Por Dios!! India cuando lo va a ver como el escuerzo que es, ese sujeto no califica ni para sapo!! Es odiable!

    • verasmith

      Lo loco y a la vez típico, es cómo una situación puede ser tan obvia para unos y un punto tan ciego para la protagonista… no?

  7. vir

    hola!

    había visto tu blog en la nota de diego y entré a mirar y me gustó
    antes miré y ahora leo y la verdad sos muy creativa
    tengo que empezar a leer de abajo para arriba
    te sigo

    beso
    :)

  8. Que pedazo de Hijo de puta! Mucho no queda por decir. Es éste tipo de hombres, que para peor tienen a las mujeres bajo sus pies siempre, que dejan la reputación de nuestro género por el piso y por el que debemos decir sinceramente a cada mujer que se nos cruza: «No somos ese tipo de hombre».

    Confiemos en el karma :D. Aún quedan muchos caballeros, sólo si uds. no perdieran la cabeza y eligiesen mejor.

    Robert

  9. anis

    No sé si tus historias son reales o inventadas, poco importa la diferencia.
    Pero yo estuve en el lugar de India, quince largos años, hasta me casé con otro para alejarme… No fui muy lejos… Hace un año caí otra vez en su cama y me dijo algo parecido a la frase de Duilio. Pude responderle: «No te preocupes, ahora sos demasiado poco para mí». ¿A quien engaño? Por alguna razón, todavia lo extraño.
    «El corazón tiene cárceles, que la inteligencia no abre» Marcel Jouhandeau

    • verasmith

      Anís
      bienvenida
      mis historias son bastante ciertas, de hecho, fijate, algo parecido te pasó a vos, no?
      bienvenida al blog. Contanos más de tu Duilio

  10. Licenciada

    Nunca me pasó (x suerte) pero creo que yo le diría una cuantas cosas antes de irme… Más leo tus notas, y más ganas de aprender kickboxing me dan… este se merecía una buena paliza!

  11. ¡Joder! Ese tipo es frío como un témpano, ya veo porque no hubo choque de planetas. Si como habla fornica… Pobre India, ninguna mujer merece semejante trato. Independientemente de su frigidez.

    Saludos desde Venezuela.

    • verasmith

      India no es frígida Ernesto! Que te hace pensar semejante cosa?

      • Me lo hace pensar un nuevo error (deberé fijarme mejor en lo que leo en lo adelante).

        El comentario de Daniel (el segundo comentario del post) dice, literalmente: «Duilio es frígida» y para colmo de males, tu lo afirmas.

        El problema estriba en que no leí Duilio, leí India (no me preguntes como) y como el calificativo es femenino, pues…

        Disculpa Vera, nada más lejos de mis intenciones que ofender o maltratar a India y menos aún luego de semejante animalada que le hicieron.

        En futuras lecturas detallaré más lo escrito.

        Saludos apenados desde Venezuela :-)

        • Norma

          No te aflijas! Te entendimos igual!! A mí me pasó también. Ayer, estaba tan enganchada hablando de «hombrías», que corregí el texto que estaba por mandar, y por esos misterios de la vida, y sobre todo un dedito demás, al final mandé los dos mensajes: el primero y el corregido. Un bochorno!!!! Menos mal que tengo amigos de los que hay pocos… todos se hicieron los distraídos…

        • verasmith

          Ernesto… no te apenes!!! El problema es que Daniel es un irónico, conocido viejo de quien escribe. Y, por eso mismo, se lo interpreta sin malos entendidos.
          Sos super bienvenido al blog!

  12. Pingback: India, disclaimer corto « Le pasó a una amiga

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